sábado, 22 de octubre de 2016

Ballenato Panduro (Personas que surgieron del teclado. 17)

A los 98 años Ballenato Panduro heredó un ordenador de Paco, su compañero de habitación en la residencia durante más de treinta años. De tanto observar a Paco, Ballenato había aprendido a encenderlo, a acceder al procesador de texto, a teclear palabras que nunca entendió, porque Ballenato no sabía leer ni escribir, y a guardar el texto. 
Pero Paco, que era aficionado a escribir poesías, nunca permitió a Ballenato usar su ordenador:
-Déjame hacer hormiguitas y gusanitos -le había solicitado Ballenato en infinidad ocasiones.
-¡Si tú no sabes leer ni escribir! -contestaba Paco malhumorado porque Ballenato le interrumpía y no le permitía concentrarse en sus versos-. Y no son bichos, son palabras.
Cuando se llevaron a Paco, Ballenato encendió el ordenador, accedió al procesador y se encontró con aquella página blanca en la pantalla, que fue llenando de gusanitos y hormiguitas. Las hormiguitas eran las palabras cortas, formadas por una, dos, tres o cuatro letras. Los gusanitos eran las palabras largas, formadas por más de cuatro letras. Y mientras iba tecleando, iba diciendo 'gusanito, gusanito, hormiguita, hormiguita, gusanito, hormiguita, hormiguita, gusanito...'
Por Navidades le visitó Estrellita, la única nieta que se acordaba de que tenía abuelo:
-¿Qué haces abuelito? -le preguntó al verlo teclear, sorprendida porque el abuelo no sabía leer ni escribir.
-Gusanitos y hormiguitas.
-¿Me dejas verlos?
Ballenato accedió, orgulloso de que la nieta se interesara por lo que él hacía.
-¡Qué bonito! -dijo Estrellita al leer las primeras páginas.
-¿Las hormiguitas o los gusanitos?
-Todo. ¿Me dejarás que lo siga leyendo?
-Por supuesto, podrás ver los gusanitos y hormiguitas siempre que quieras.
Y mientras Ballenato hacía hormiguitas y gusanitos, la nieta acudía todos los días a leer aquella novela que tan intrigada la tenía.
Un día Ballenato entendió que en aquel texto ya había puesto suficientes gusanitos y hormiguitas y que en adelante los pondría en otro archivo. Estrellita le pidió al abuelo permiso para llevarlo a un editor, quien lo publicó. Fue un éxito de ventas, le dieron varios premios a Ballenato, que no esperaba que sus hormiguitas y gusanitos tuvieran tanto éxito y hasta le ofrecieron un dineral por la segunda parte de su novela.
-¿Todo ese dinero por mis hormiguitas y gusanitos? -preguntó Ballenato, que desconocía el argumento de su libro y ni siquiera sabía el título.
Un día le hicieron una entrevista para la tele:
-¿Por qué no ha escrito anteriormente? -le preguntaron.
-¿Quiere decir que por qué anteriormente no he hecho hormiguitas y gusanitos? -dijo Ballenato,convencido de que lo que le gustaba a la gente eran sus bichitos.
-Eso quiero decir -respondió el entrevistador, riendo lo que creía que era una broma de Ballenato.
-Porque no tenía ordenador.
Ahora los seis hijos y quince nietos de Ballenato discuten y casi llegan a las manos: todos quieren sacarlo de la residencia y llevarlo a vivir con ellos, temerosos de que otros se apropien de la novela del abuelo. Y eso preocupa a Ballenato porque, donde es feliz, es en la residencia, con sus hormiguitas y gusanitos.

Si conoces alguna cosita más acerca de Ballenato Panduro, él estará contento de que se lo digamos, porque a veces sus recuerdos le fallan y de lo único que se acuerda es de esta breve biografía.

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